predicas y reflexiones
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Ánimo | 3980 lecturas
Un conferencista hablaba sobre como tratar con la tensión de la vida. Levantó un vaso con agua y preguntó al auditorio: ¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua? Las respuestas variaron entre 20 y 500 gramos.
Entonces el conferencista comentó: El peso del vaso del agua, no importa, depende de cuánto tiempo voy a sostenerlo. Si lo sostengo por un minuto, está todo bien. Si lo sostengo durante una hora, tendré un gran dolor en mi brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán que llamar una ambulancia. El peso es exactamente el mismo, pero cuanto más tiempo paso sosteniéndolo, más pesado se va poniendo.
Lo mismo sucede en nuestras vidas, comenzamos a cargar sobre nuestros hombros, odios, rencores, preocupaciones de todo tipo, cargamos el futuro sin saber si mañana estaremos en este mundo. Llegará un momento en que tanto peso nos derrumbará, vendrán frustraciones, decepciones, desilusiones que nos deprimirán de tal manera que ya no podremos continuar.
Por el contrario, si todo, absolutamente todo, lo dejamos en las manos de Jesús, nos sentiremos aliviados, sin preocupaciones, temores y al fin podremos decir soy feliz porque mi Señor, tiene mi vida en absoluto control.
Jesús te dice:
"Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar" Mateo 11:28
La Crisis según Albert Einstein
“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis, es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.
Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”
Albert Einstein.
1879-1955.
Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
¿Dios creó todo lo que existe?
Alemania Inicio del siglo 20
Durante una conferencia con varios universitarios, un profesor de la Universidad de Berlín, propuso un desafío a sus alumnos
con la siguiente pregunta:
“¿Dios creó todo lo que existe?"
Un alumno respondió, valientemente:
Si, Él creó …
¿Dios realmente creó todo lo que existe? Preguntó nuevamente el maestro.
Si señor, respondió el joven.
El profesor respondió: “Si Dios creó todo lo que existe, ¡entonces Dios hizo el mal, ya que el mal existe! Y si establecemos que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, ¡entonces Dios es malo!!"
El joven se calló frente a la respuesta del maestro, que feliz, se regocijaba de haber probado, una vez más, que la fe era un mito.
Otro estudiante levantó la mano y dijo:
¿Puedo hacerle una pregunta, profesor?
Lógico, fue la respuesta del profesor.
El joven se paró y preguntó:
Profesor, ¿el frío existe?
¿Pero que pregunta es esa?… Lógico que existe, ¿o acaso nunca sentiste frío?
El muchacho respondió: "En realidad, señor, el frío no existe. Según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en verdad es la ausencia de calor. Todo cuerpo o objeto es factible de estudio cuando posee o transmite energía; el calor es lo que hace que este cuerpo tenga o transmita energía”.
“El cero absoluto es la ausencia total de calor; todos los cuerpos quedan inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Nosotros creamos esa definición para describir de que manera nos sentimos cuando no tenemos calor."
Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante.
El profesor respondió:
Existe.
El estudiante respondió:
La oscuridad tampoco existe.
La oscuridad, en realidad, es la ausencia de luz.
“La luz la podemos estudiar, ¡la oscuridad, no!
A través del prisma de Nichols, se puede descomponer la luz blanca en sus varios colores, con sus diferentes longitudes de ondas.
¡La oscuridad, no!
… “¿Como se puede saber qué tan oscuro está un espacio determinado?
Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio.”
“La oscuridad es una definición utilizada por el hombre para describir qué ocurre cuando hay ausencia de luz.”
Finalmente, el joven preguntó al profesor:
Señor, ¿EL MAL EXISTE?
El profesor respondió: Como afirmé al inicio, vemos estupros, crímenes, violencia en todo el mundo. Esas cosas son del mal.
El estudiante respondió:
“El mal no existe, Señor, o por lo menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia del bien…
De conformidad con los anteriores casos, el mal es una definición que el hombre inventó para describir la ausencia de Dios.”
Dios no creó el mal.
… El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos.
Es igual a lo que ocurre con el frío cuando no hay calor, o con la oscuridad cuando no hay luz.
El joven fue aplaudido de pié, y el maestro, moviendo la cabeza, permaneció en silencio …
El director de la Universidad, se dirigió al joven estudiante y le preguntó:
¿Cuál es tu nombre?
Me llamo Albert Einstein.
“Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”.
Albert Einstein.
Como pides a Dios
Reflexiones | 7788 lecturas
Cuentan que una mujer oraba siempre a Dios, pero su petición nunca era respondida. Pidió entonces ayuda a un sabio que habitaba en un convento muy alejado y éste le preguntó: ¿Cómo oras a Dios?
Ella respondió: Yo más o menos le digo así: Señor, este día tengo muchos problemas, muchas dificultades, necesito ayuda y ya no sé qué hacer. Te pido que tengas compasión de mí pues mis fuerzas se han agotado. Mi familia no me ayuda y tengo muchos enemigos.
-Claro, respondió el sabio: Tu problema es muy sencillo. Cuando oras, debes ver a Dios y no ver tus problemas. Dirigirte a Dios confiando en que Él escucha y sabiendo que Su poder está sobre todas las cosas. De esta forma reconocerás a Dios como centro de tu vida y entonces tu oración será escuchada. Pero aunque a ti te parezca que Dios no te escucha, nunca dejes de orar.
¿Saben? A veces Dios se convierte en un pañuelo de lágrimas a quien nos acercamos pero no para que nos libre de nuestros problemas, sino para "quejarnos" y nuestras oraciones están llenas de quejas, ira, e incluso rabia, pero pocas veces le decimos a Dios que confiamos en Él, que conoce nuestros problemas y los puede solucionar.
Cuando Pedro caminaba sobre el agua, cuenta la Biblia que quitó su mirada de Jesús y fue entonces cuando empezó a hundirse. Cada vez que sientas que te hundes, debes volver tu vista y Él extenderá su mano y te levantará.
“De la misma forma, cuando estés orando no debes tener a tus problemas como centro, sino a Jesús”